Lo que aprendí del sinhogarismo en Atenas, Grecia.
- Leire San Salvador del Valle
- 22 jun 2022
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 26 oct 2022
En 2021 elegí Atenas como destino para realizar las prácticas del máster, en una pequeña fundación llamada Emfasis, enfocada en labores de streetwork para combatir el sinhogarismo en la ciudad. En este post te contaré lo que aprendí en torno a esta causa en mis 3 meses viviendo en Atenas.
Pero antes te contaré un poquito sobre la ciudad...
Atenas es una ciudad muy caótica (MUY), pero llena de vida que ofrece una enorme cantidad de ocio y cosas para hacer y visitar. El patrimonio que se conserva de su glorioso pasado hace de Atenas una ciudad mágica.


Llegué a su subir hasta 4 veces a la Acrópolis, ya que era gratuito para estudiantes, me pareció de lo más impresionante que he visto. Muchas veces cuando callejeaba por la ciudad alzaba la vista, y al verlo en lo alto de la ciudad me quedaba embobada pensando, es real? Es mágico....
Si tuviera que definir a los griegos, diría que son muy majos, amables y sociables, también que se parecen bastante a nosotros, y que tienen un toque turco muy singular.
Me gustó ver que había una gran actividad de causas sociales y artísticas y que los jóvenes en su mayoría son personas concienciadas, que salen a las calles a alzar sus voces cuando ocurre alguna injusticia.
El ambiente de las calles es muy ajetreado, mucho movimiento, adoraba callejear por la ciudad, el espíritu de sus calles, vital, acogedor y colorista... está llena de grafitis, mensajes, posters... y le da una personalidad única a la ciudad.
La suciedad y fealdad en muchos barrios de la ciudad es también una realidad, no iba a ser todo bonito, la verdad es que la mayoría de las calles no están bien cuidadas, las aceras son irregulares y están en muy malas condiciones, por lo que no verás personas en sillas de ruedas ni carritos de bebes. Cuando se dice que es una ciudad caótica, es mucho por esto.
EL SINHOGARISMO
Es una realidad, y es que la crisis financiera del 2008 afectó a Grecia en mayor medida que al resto de países, con graves consecuencias para la población, haciendo que decenas de miles de personas perdieran su empleo aumentando el número de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU reporta 21.216 personas sin hogar en 2017 (FEANTSA, 2017). Actualmente se considera que el 34,8% de la población, 3,7 millones de personas, vive por debajo del umbral de la pobreza (Kathimerini, 2018).
Aunque todavía es una problemática que choca al llegar y ver que esto ocurre como algo cotidiano, la situación ha mejorado respecto a años atrás, y te diré que las personas sin hogar en Atenas no son despreciadas, ignoradas ni castigadas. En cambio, se les cuida y se les otorga la dignidad que se merecen. Es habitual ver como la gente deja alimentos, bebidas y otros artículos "útiles" al lado de estas personas en la calle.
Me alivia ver que hay solidaridad ante una situación descontrolada de personas “sin techo” y que esta totalmente normalizada. La gente ayuda con lo que puede, pero la gran mayoría tiene miedo, les causa rechazo, supongo que temen a lo que no conocen, a lo que no encaja en el patrón de bienestar, belleza y salud de esta sociedad, pues solo te diré que la desconfianza se vence con conocimiento y que detrás de cada persona hay una historia muy humana.
Uno de los mayores agravios citados por las personas sin hogar es que a menudo son tratados como invisibles. Ser tratado de tal manera es a menudo deshumanizante. Perder tu hogar nunca debería constituir perder tu humanidad.
Trabajé en la fundación Emfasis, dedicada a brindar ayuda e integración a personas en situación de mendicidad o refugiados que llegan a esta ciudad. Utilizando la metodología streetwork, reconocida internacionalmente. El streetwork puede ser considerado como un contexto, una disciplina, un punto de vista ético y una intervención dentro de los campos disciplinarios del trabajo con jóvenes, el trabajo comunitario, el trabajo social y los servicios de salud.
Para mí el streetwork era una manera de decirles a estas personas que hay gente que se preocupa por ellas, les pregunta que tal están, que necesitan; haciendo mucho trabajo psicológico también, asesoramiento para encontrar un trabajo, un lugar donde quedarse, llevarles alimentos, medicamentos, productos de higiene... es hacer una labor humana muy necesaria.


Estos programas de extensión y atención sociosanitaria a personas sin hogar surgen como un recurso intermedio entre la calle y los recursos sociosanitarios especializados (los cuales están saturados), justificando su relevancia en la medida en que mejora la situación y la calidad de las intervenciones con esta población, dirigiéndose específicamente a las personas sin hogar más vulnerables y más alejadas de los recursos sociales y sanitarios.
Conozco a Marta, una madre de origen griego que curiosamente habla español, fue guía turística, pero debido a la crisis y también a que los tiempos han cambiado y que ya casi no se contratan guías está en paro con una hija de 10 años, han tenido que vivir en la calle por un tiempo, ahora viven en la zona portuaria más pobre de la ciudad. Es una vida en la cola para recibir asistencia social, pero mientras tanto recibe ayuda de organizaciones como Emfasis.
La capital griega está dando grandes pasos para mejorar las vidas de aquellos que no tienen vivienda, ya que actualmente se está trabajando no solo para reducir sino para eliminar por completo la falta de vivienda; con planes, proyectos de ley e iniciativas de muchas de las organizaciones que trabajan en este ámbito.
LA DIVERSIDAD DE LA CIUDAD ME CAUTIVÓ....
Desde que pones un pie en la ciudad puedes ver como se mezclan distintas culturas, eso hace que te sientas muy a gusto. Conozco a gente, escucho historias, muchas. Haya, una estudiante refugiada siria, que está viviendo por un tiempo en Atenas, me cuenta su travesía desde Alepo hasta Alemania, parece que Merkel hizo bien los deberes cuando estalló la guerra o por lo menos por un tiempo... vivió todo un calvario para llegar a Alemania, pasando por tiroteos, pateras y campos de refugiadxs en las islas griegas... ahora Haya vive en Munich con su madre y hermana y estudia arquitectura, recibe clases de alemán y está totalmente integrada en el país.
Conozco muchos inmigrantes Ahmad me cuenta como vino solo desde Pakistán, pasando también por Turquía por supuesto, no volverá a su país, ni quiere, ni puede permitírselo. Me doy cuenta de todos los inmigrantes que vienen
"a buscarse la vida", muchos del continente asiático y africano, sin documentación por lo que no pueden acceder a servicios básicos, trabajos decentes... y aunque encuentran un nuevo hogar en esta ciudad, adaptarse es todo un reto.
Mucho ruido en la calle, precariedad y caos, pero veo humanidad, convivencia y diversidad, y eso me gusta.
En conclusión, las personas sin hogar, que viven en espacios públicos o que se encuentran en la calle, son una realidad en todas las ciudades y solo representan la punta del iceberg, la parte más visible de un problema mucho más extenso, estructural y complejo.
Cualquiera tiene una reacción ante esta situación, para unos es la caridad y la compasión, para otros la indiferencia, el rechazo o la agresión, pero la que menos se da por desgracia es el compromiso y la transformación, que es lo que se necesita para hacer un cambio en nuestra sociedad.
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